Charly García, Cosquín Rock 2011 Sábado 12 de febrero 2011
Santa María del Valle de Punilla
Hay shows que cumplen con una previsible expectativa, uno sabe y disfruta lo que sucede pero no nos sorprende ni dejarán algo en particular de recuerdo. Lo que sucedió anoche en el Aeródromo de Santa María del Valle de Punilla no es una actuación más.
Todas esas dudas e incertidumbres que me dejaron lo que vimos por la tele de Tucumán a mitad de año y haber visto en vivo El abrazo en Chile en diciembre pasado se desvanecieron. Por eso cuando los sentidos y recuerdos están calientes, uno tiene la necesidad y urgencia por tratar de reflejar esa vivencia. En los próximos días les compartiré los videos que he grabado y estaré editando.
Con "el regreso" Charly García volvió a ser el centro de atención que siempre ha disfrutado ser. Muchas miradas se auto-convalidan en el análisis de gestos, dichos y situaciones. Infaltables miradas moralistas que critican cada una de sus transgresiones, enfrentadas al fanatismo y la idealización.
La actuación en el Cosquín Rock dará de comer a todos y confirmara lo que cada uno quiere creer pero la etapa del regreso ha concluido. Este aquí es Charly García, dueño de su show y de su persona. La actuación lo mostro con un dinamismo, imprevisibilidad y entusiasmo intacto.
Una tormenta –breve con lluvia y granizo- demoro el inicio a media tarde, sin embargo pudimos disfrutar en el escenario principal de distintas bandas. Abrió Utopians, siguió Maria Eva, Virus con varios invitados. Luego el Flaco con toda su banda (confirmando al Mono Fontana en teclados junto a Cardone y a Matías Méndez en bajo) fue muy bien recibido. León con D-mente repasando su historia, y con Pancho Cheves. Versionando a capela 5 siglo igual y con una versión danzada de La memoria dedica como es habitual a Las Madres y Abuelas. Terminando a puro rock con el primer poco de la noche, al pedido de Andrés Giménez, en Pensar en Nada.
El show previo de Skay finalizo con tiempo para cumplir los horarios. Tuvo muchos temas propios y algunos recuerditos de Los Redondos que fueron muy bien recibidos. El escenario quedo listo justo a la medianoche, las banderas de SNM, el piano negro y la pantalla que acompaña el inicio de Operación densa lucieron solos un buen rato.
El clima era de expectativa y los fantasmas circulaban boca en boca. Como en el Cosquín 2010, Charly a sabiendas nos hace esperar y juega con nuestra expectativa.
Caminando sin apuro entro para comenzar con Cerca de la revolución. Jugando con el piano e invitando al pogo en Rock and roll yo. Fanky para bailar y con los coros de Rosario Ortega en reemplazo de Hilda Lizarazu. Mas juegos con las teclas y el Negro García López ahí en la pose sentado sobre el piano para una versión Pasajera en trance, nuevamente con Rosario Ortega y con Carlos "Baryshniko" en el bajo.
Con una agilidad que se extrañaba fue el protagonista y el conductor. Locuaz hablo de todo y para todos. De códigos, de Tinelli, de Kill gil, de Gieco, de su anterior discográfica, del faso, del aguante, de los travestis y de su manager. A varios no les fue muy bien con sus palabras. Hasta hubo una fugaz ironía para Palito Ortega. Pero más allá de las polémicas, también hubo una interesante presentación de sus canciones que reflejo una actitud.
Aprendimos que “gay” significa contento en el diccionario García, como previa de una versión “histérica” y “hard-core” de No toquen, como parte de un set bien roquero.
Aprovechó para lanzar su nuevo mensaje sobre los códigos, antes de arrancar con Vicio.
"Tengo códigos, tengo 40 años de carrera, hago música desde los 15 años, quiero que me respeten" fue su pequeño momento de enojo, mensaje que ha reiterado en Punta del Este. Mientras comenzó a jugar con los micrófonos y el cinturón. Mucho mas suelto en el escenario y el piano, mezclando brevemente una gotas de Satisfacción.
Una presentación de su "única canción cristiana" Rezo por vos y la ilusión que subiera el Flaco quedó trunca. No me dejan salir y un "no puedo un montón de cosas y son las mejores". El amor espera, un tema que lo tiene todo, pianos, rock, puede ser potente o sutil. Un reconocimiento afectuoso para su trío chileno "los tres chiflados" y una canción patria con No llores por mi, Argentina.
En otros tiempos, Charly se reivindicaría con sus propias palabras “La mediocridad para algunos es normal la locura es poder ver más allá”, en Kill gil elige traducir a Lennon “dicen que estoy loco haga lo que haga y me dan cantidad de buenos para nada”. Esta noche el Charly García “normal” que festejamos estos últimos tiempos se ha despedido y ha vuelto el original, el que por admiración, por idolatría o por moralismo tratamos de Dios y de loco.
Llego el momento de presentar Kill gil y entre bromas explicar algunas de sus imágenes: el que toca la flauta, un cuadro de la mona lisa, uno con un revolver que dispara a la mona lisa. Al grito de "pull the strings" (dedicada a los que mueven los hilos), unos disparos y la flauta de kung-fu comienzan la versión en vivo de No importa, en esta venganza inspirada en la película de Tarantino. La letra tiene la violencia y desesperanza de otros temas de Charly, la imagen de la prisión y el encierro. Concebido como una reversión o continuación de Cerca de la revolución. Su sonido es potente, múltiple en instrumentos y voces sobrepuestas. Llevado al vivo la voz queda un poco desnuda acompañaba de un eco.
Vienen a la memoria las presentaciones de Deberías saber porque en Velez 2009 y La medicina en los últimos shows del Luna Park 2010, la expectativa por escuchar algo nuevo aunque no sea tan nuevo. Tiempos donde el mensaje era un sonriente “estoy bien, estoy feliz”. Aquellos temas fueron parte de una transición y hoy no están. Otra confirmación que los tiempos van cambiando.
Y ha cambiado el entorno con las ausencias de Hilda Lizarazu y sus coros y su escena. El reemplazo por Rosario Ortega necesita muchos más ensayos. Lo mejor para Hilda en sus propios proyectos artísticos, disfrutamos mucho sus participaciones con Charly en este tiempo.
También esta ausente Fernando Szereszevsky, el manager que participó de todo este retorno y que era una companía personal de Charly a sus espaldas en cada show y en cada aparición mediática. Con un contacto muy personal con los fans, ahora reemplazado por una relación ausente donde nadie asume el vínculo con los aliados. Vamos a extrañar también esa conexión que nos permitia sentirnos un poco adentro del mundo García.
Charly fue, vino, hizo y deshizo. No falto cierta sutileza para los locales. Canto y toco, fue director de su banda y fue su propio manager. No hubo miradas por sobre sus espaldas pendientes de sus gestos y dichos, ni entregó el manejo de los temas al Zorrito. Fue el mismo el que marco cada tiempo, interrumpió a su propia banda para seguir hablando o marco los tonos de la improvisación. Suelto y provocador en sus movimientos y en sus dichos. Le gusta jugar a ser el mas duro entre los duros y que algunos temas suenen más densos.
Seguimos con Demoliendo hoteles, como despedida para "el aguante". Una más comenzará de nuevo García, buscando un tema en que Rosario Ortega lo pueda acompañar, sale No voy en tren. Y vuelven con un viejo amigo y su amónica, León Gieco para cantar El fantasma de Cantervielle. Seguirá un clásico de los ochenta, Pecado mortal.
Otra despedida no querida, para hacer Me siento mucho mejor y luego Influencia previo jugar al "quien toca después" para alimentar al ego y que nosotros se lo festejemos. Todo ha sido ganado por la improvisación, lejos de shows rutinarios, Charly juega con el publico y sigue tocando con Mi amor, ¡esto si que es una fiesta!
Volvió cuantas veces quiso, a los plomos los hizo rearmar equipos y siguió. Regaló un micrófono al público. Otro regreso del regreso con Comfortably numb, de Pink Floyd. Charly juega con el sonido, hasta que sale con el Himno. "Una canción que no ensayamos, ni nos gusta" pero a nosotros si, Seminare.
Fue contra su público cuando la gente empezó a cantar contra Iorio que cerrará la tercera y última noche del Cosquín Rock 2011, como años atrás se cantaba contra Cerati. "No me gustan estas cosas" nos reta mientras juega al dígalo con mímica sin entender de quien se trata. Todo lo que en Chile pareció desprolijidad especialmente con el sonido, aquí fue más y resulto creíble, espontaneo, autentico.
Un show interminable que rompió con el programa anunciado de 17 temas, que se extendió en un ir y venir de nuevos bises, algunos improvisados, casi como un paralelo de una vida que tantas veces tuvo finales y regresos. Fue jefe arriba del escenario pese al interés de la organización que la noche terminase.
Y sigue con Sui Generis y Mr. Jones y una referencia para Barreda. Coreando La marcha de San Lorenzo y la Aurora esperamos que todo se rearme. "¿Somos latinos? NOOO!" exclama antes de tocar Popotitos. Una repetición, con El amor espera. Y otra promesa de irse y volver. Un saludo de la banda para el publico y de Charly para "su representante e ideólogo" y cierran con Canción para mi muerte.
Todo daba para todo, hasta un Charly candidato, presidente o emperador como jugo García López en la ultima de las despedidas. Somos fanas de Charly Garcia para pretender quedarnos con la versión "normal" de chico bueno y prolijo que exhibió en el último año y medio. Entre la locura y la normalidad, este es Charly García.
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